La tristeza es ahora un problema de diseño. Los altos y bajos de la melancolía están codificados dentro de las plataformas de redes sociales. Después de dar clic, navegar, pasar el dedo y dar “me gusta”, todo lo que nos queda es el evidente y vacío resultado del tiempo perdido en la aplicación. Tristes por diseño ofrece un análisis crítico de las crecientes controversias en torno a las redes sociales, tales como las fake news, los memes virales tóxicos y la adicción en línea. La fracasada búsqueda de un gran diseño ha dado como resultado la despolitización de los estudios sobre Internet, los cuales son incapaces de generar ya sea una crítica radical o una búsqueda de alternativas.