Un día de otoño, un viajero llega a un valle recóndito donde se suceden dos estaciones –cuarenta meses de lluvia, cuarenta meses de helada– y en el que sólo germinan lentejas. Este extranjero, que aspira a ser escritor, busca su lugar en una comunidad atemporal que irá manifestando su arbitrariedad y su sordidez de manera gradual pero inescapable.
Publicada por primera vez en Francia en 1965 y reeditada periódicamente hasta hoy, Las estaciones se convirtió rápidamente en un libro de culto, cuyos lectores forman una red subterránea siempre creciente de iniciados fervorosos. Esta novela, cuya prosa brillante se conjuga con un humor implacable y grotesco –que hacen de Maurice Pons un digno sucesor de Kafka– es un diamante negro de la literatura francesa.