¿Que tienen en común los Wilkinson, los Sosland, los Paso, el doctor Dr D'Alessandro, el príncipe Olenski y los otros protagonistas de este libro?: que viven en el mismo insólito edificio, el Kavanagh, un rascacielos surgido como "una máquina para vivir sin pisar la calle" que atrae la mirada de paseantes y turistas, además de fascinar a publicistas, cineastas y a sus propios residentes. "Dicen que la vida es una cuestión de lugares, más que de acontecimientos. Me animo a agregar que a veces es una cuestión de lugares a los que ni siquiera entramos", apunta Esther Cross en el posfacio que cierra esta edición de Kavanagh.