En Hm el tempo del relato es hipnótico. Al principio está la situación límite a la que se enfrenta Narciso y después están las aventuras que emprenden el espíritu de Narciso y la novia de Narciso. Aventuras que incluyen un viaje a caballo por la ciudad a través de algunas avenidas de Buenos Aires y después por la autopista y el campo. Podría tratarse de lo que uno experimenta adentro de un sueño, pero lo que Aldo Giacometti pone en juego son los nobles mecanismos de la ficción, que en compañía de una imaginación desbordante se atiene a las pautas que el relato propone. Hm hace que las posibilidades de la escritura se multipliquen sin fin, esa es su ambiciosa apuesta; y el rigor con el que la lleva a cabo hace que el lector quede atrapado en el texto y que sea el texto mismo el que después nos devuelva al mundo para volver a leerlo y volver a quedar atrapados.