A diferencia del hormiguero, que es un falansterio diseñado por hormigas, el palomar no es una arquitectura inventada por palomas sino por unos humanos llamados colombófilos dedicados a regularles los vuelos. Con los errores de cálculo del caso (escribir es errar), se intuye que es en memoria de esa diferencia que Francisco Magallanes llamó El palomar a este libro en el que los personajes caen como palomas después de volar como halcones.