Amo los remixes. Hace tiempo no me topaba con uno tan bueno y tan fuera de la música, lugar donde más abundan. Amo a Caicedo. Y amo ahora el diablo se aterra por la velocidad que me obsequió. Flavia Calise ingresó al cuerpo y al alma del chico tartamudo de Cali y lo hizo suyo. Su disco/poemario/novela-en-esquirlas está inspirada en su relectura de ¡Que viva la música! y la hace propia y la acarrea a su universo particular. Como Kevin Shields remixeando a Yo La Tengo. Antes eran dos, ahora son tres y todos ganamos en esta apropiación erótica y sensual.
Alberto Fuguet